SI TE HUMILLAS, TE ENSALZARÁN

Escrito el 30/08/2025
Sor Matilde OP


1 Y sucedió que, habiendo ido en sábado a casa de uno de los jefes de los fariseos para comer, ellos le estaban observando. 

7 Notando cómo los invitados elegían los primeros puestos, les dijo una parábola: 

8 « Cuando seas convidado por alguien a una boda, no te pongas en el primer puesto, no sea que haya sido convidado por él otro más distinguido que tú, 

9 y viniendo el que os convidó a ti y a él, te diga: "Deja el sitio a éste", y entonces vayas a ocupar avergonzado el último puesto. 

10 Al contrario, cuando seas convidado, vete a sentarte en el último puesto, de manera que, cuando venga el que te convidó, te diga: "Amigo, sube más arriba." Y esto será un honor para ti delante de todos los que estén contigo a la mesa. 

11 Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado.»

12 Dijo también al que le había invitado: «Cuando des una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; no sea que ellos te inviten a su vez, y tengas ya tu recompensa. 

13 Cuando des un banquete, llama a los pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos; 

14 y serás dichoso, porque no te pueden corresponder, pues se te recompensará en la resurrección de los justos.» Lc. 14, 1.7-14) 

 

¡Oh la humildad, qué virtud más rara! Y, sin embargo, yo conocí a una persona que formuló: “Sólo sé que nada sé”. ¡Y eso que no había leído ni conocido al gran filósofo Sócrates que fue quién dijo, muchos siglos antes, esta misma frase, reconociéndose ignorante y con muchos límites en lo intelectual!. Pero, esta persona era naturalmente humilde, porque siempre tuvo presente que la sabiduría no le era natural, no así la ignorancia de infinitas cosas que rodeaban su vida. Por esto, su comportamiento era siempre moderado y exento de ostentación. Su trato, era dulce y paciente…

Pero, saltando de estos ejemplos humanos a la Palabra de Dios, veamos cómo Jesús, que se definió a Sí mismo como “manso y humilde deCorazón” nos proponía algo que conocía bien, porque no hubo nadie en la tierra que pudiera llamarse “el Humilde”, ¡y lo era!. Jesús no hizo alarde de su divinidad, sino que se abajó, ¡y en verdad era Dios!. Jesús lo dio todo, se dio a Sí mismo y nosotros, damos, no de lo nuestro, pues no lo tenemos, sino de lo que nos es dado, por esto: ¿por qué tanto gloriarnos? ...

Luego, si los bienes que tengo, de naturaleza y de gracia, no son míos sino prestados, seamos inteligentes con la Sabiduría de Dios ynegociemos con ella cuando todavía hay tiempo. No busquemos nuestra complacencia sino agradar a Dios devolviéndole sus dones centuplicados. Este será “el lote de mi heredad y mi copa” y, con confianza, podremos “poner nuestra suerte en su mano”. Así, en el Día grande, preguntaremos: “¿Cuándo, Señor, te vi desnudo y hambriento y en la cárcel y vine a verte? ¡No reconozco estas obras de amor!”. Y es que las reconocería si fueran mías. Pero no, Dios infundió en mi corazón su amor y pude, como ÉI, realizar cosas divinas.

Jesús, yo soy naturalmente soberbio e insolente. ¡Esto es lo que ha dejado en mí esa tendencia mala que es el pecado! ¡Para salir de esta cárcel, oro y oro y te pido desde mi abismo que me liberes, que ilumines mi vida para confesar a boca llena: “!yo soy la que no soy y Tú Eres el que Eres!”! Santa Catalina de Siena se lo repetía de continuo y así supo mantenerse siempre en la humildad y parecerse a Jesús, su Amor.

¡Señor mío Jesucristo, infunde en mi corazón sentimientos y pensamientos humildes que salga de mi interior, como con naturalidad,el “tened siempre por superiores a los demás”! ¡Pero, no será el compararme con mis hermanos lo que me dará la impronta humilde,sino sólo mirándote a Ti, contrastando mi pobreza natural con tu riqueza sublime y tu Sabiduría que rompe siempre mi mucha ignorancia de los bienes del cielo! ¡Ven y vence en mí lo que me hace desemejante a Ti!¡Qué así sea! ¡Amén! ¡Amén!

¡Quizás os preguntéis quién era esa persona tan especial en su humildad! ¡Sí, era mi madre!