¡OH VOSOTROS, FARISEOS HIPÓCRITAS!

Escrito el 25/08/2021
Sor Matilde OP


27 « ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, pues sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen bonitos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia! 

28 Así también vosotros, por fuera aparecéis justos ante los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad. 

29 « ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, porque edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos de los justos, 

30 y decís: "¡Si nosotros hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no habríamos tenido parte con ellos en la sangre de los profetas!" 

31 Con lo cual atestiguáis contra vosotros mismos que sois hijos de los que mataron a los profetas. 

32 ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres! (Mt. 23, 27-32)

 

“Los hombres ven la apariencia, se mueven en la apariencia, pero el Señor ve el corazón”: “¡fariseos y escribas hipócritas, por fuera mostráis una cosa, pero por dentro sois otra!”... ¿Y qué es lo que pretenden con esta dualidad de comportamiento? Pues engañar a la gente sencilla y a los menos sencillos y recibir de todos el aplauso y los honores que su corazón añora y desea... El brillo de estas cosas los ciega y se entregan al “padre de la mentira”, que es el diablo, vendiendo su alma a la falsedad y a lo fatuo... Y es que la verdad de que somos nada ante Dios y ante los hombre, no gusta a nadie: con esto, nuestro “yo” se ve siempre herido y tomamos caminos que no conducen a la Vida, pero sí que “dan vida” a nuestro orgullo y vanidad... Mas hay una promesa de vida eterna para el que es humilde, acogiendo la realidad de que somos ante Dios creaturas pequeñas y dependientes del Él: “el que se humilla (ante Dios y ante los hombres), será ensalzado”. Como sea ello, no lo sabemos, pero esto es palabra de Dios y es la Verdad, porque Dios haciéndose Hombre, por amor nuestro, no eligió otro camino de salvarnos de nuestra insignificancia y pecado: “Él, siendo Dios, se despojó de su rango y se humilló, hasta someterse a la muerte y una muerte de cruz”. Y a este abismo de abajamiento nunca podremos llegar, pero sí ir poco a poco aprendiendo de Jesús en este camino de “empobrecimiento”...

La hipocresía parece que a Jesús “le pone nervioso”, le da grima y un rechazo visceral y es que Él es la Verdad y lo que se opone a lo que Él es, es ir desencaminados hacia la meta de la salvación y: “¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si arruina su vida?”.

No digamos y hagamos una cosa y después por dentro seamos otra: busquemos la unidad entre nuestros pensamientos, palabras y obras. Y si en algo discrepan unos de otros, reduzcámoslos todos al único Camino que es Cristo, pues Éste es luminoso y rectilíneo y en Él no hay fisuras o tinieblas y menos discrepancias...

“Los sepulcros blanqueados”, que son bellos en su aspecto, pero que encierran podredumbre, es una idea feliz que se le ocurrió a Jesús para ilustrar estas aplastantes enseñanzas... 

¡Miremos dentro y, con esta imagen, caminemos contrastando de dentro afuera, para escudriñar nuestro corazón!... ¡Jesús nos acompaña en este periplo y con Él de la mano nunca nos perderemos ni hallaremos sorpresas en nuestra vida y en nuestro interior!... 

¡Qué así lo haga Jesús en nosotros!... ¡Amén!, ¡Amén!...