ROGAD AL SEÑOR DE LA MIES

Escrito el 07/07/2021
Sor Matilde OP


32 Salían ellos todavía, cuando le presentaron un mudo endemoniado. 

33 Y expulsado el demonio, rompió a hablar el mudo. Y la gente, admirada, decía: « Jamás se vio cosa igual en Israel. » 

34 Pero los fariseos decían: «Por el Príncipe de los demonios expulsa a los demonios. »

35 Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando todo enfermedad y toda dolencia. 

36 Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor. 

37 Entonces dice a sus discípulos: « La mies es mucha y los obreros pocos. 

38 Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. » (9, 32-38)

Jesús, nos ve desde su Corazón, todo misericordia y no sólo desde el exterior. Su compasión por el hombre, no tiene límites: ahonda en nuestra realidad y ve que “andamos extenuados y abandonados, como ovejas que no tienen pastor”. Esta es nuestra condición, después de ser heridos por el pecado de no querer depender de Dios y caminar por la vida a nuestro arbitrio, según nuestras ganas y apetitos. Pero Dios se ha compadecido de nosotros y ha bajado a este “valle oscuro” donde vamos y venimos, sin rumbo. Y baja como “un Buen Pastor” que con su voz y su callado, nos va atrayendo hacia Sí, hacia su rebaño que se alimenta de gracia y de clemencia.

El sentir que no pertenecemos a nadie, es gran congoja, porque ésta no es la verdad de nuestra existencia:hemos sido creados por la mano amorosa de Dios, modelados por su Amor y puestos en el mundo con sumo cuidado y “Él conoce todas nuestras acciones”. Si nos dejamos insinuar por Él, en el corazón, Él nos guía a “pastos de agua Viva y jugosa comida”: Éste es su Espíritu Santo que vela de continuo sobre nosotros... Es lo de Jesús: “Yo actúo y mi Padre también actúa” ...

Pero en su caminar, por los caminos de Palestina Él ve a otros hombres que “andan descarriados, como ovejas que no tienen pastor” y su misericordia se pone en acción y las atrae “con lazos de Amor” para que vuelvan a Él de dónde salieron... Y en esta obra, nos pide colaboración de Amor: tenemos que “pedir al dueño de la mies, que mande obreros a su mies, porque ésta es abundante”, pero hay pocos “braceros” …“Dios quiere que luchemos más con nuestra oración, que con nuestras propias fuerzas”. Por esto, nos pide  Jesús, que oremos al Padre, con oración de suplica, para que encamine a muchos discípulos a hablar de Jesús a otros hombres, que quizás nunca oyeron hablar de Él y de su Misterio Pascual: vida muerte y resurrección de Jesús; Otros por el contrario, conocieron a Jesús y se apartaron de Él por el error, la ignorancia o el pecado; Y por último, los hay que llevan ya una vida de unión con Dios, pero necesitan un empuje fuerte del Espíritu Santo, que les lleve a mayor santidad y alegría en este mismo Espíritu. Todos podemos volver a “ser bautizados en el Espíritu Santo”, Espíritu de santidad y salvación... Y esto, es lo que hemos de pedir a nuestro Padre del Cielo, porque desea otorgárnoslo: “¿Cómo no nos dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?”, que dice Jesús en Su Palabra...

¡Oremos, oremos y supliquemos, insistentemente al Buen Dios para que sean muchos los que encendidos en el fuego de su Amor, conozcan y amén a Jesús, el Hijo Único del Padre, que es el primer Enviado para esta Obra que tanto glorifica a Dios: la salvación del hombre y a través de él “hacer nuevas todas las cosas”, para que “todo” quede recapitulado en Jesús, el Primogénito de toda criatura y el Resucitado para gloria del Padre!... 

¡Oremos y oremos y confiemos, porque se hará!...