¡OH SANTA TRINIDAD, ÚNICO DIOS!

Escrito el 29/05/2021
Sor Matilde OP


16 Por su parte, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. 

17 Y al verle le adoraron; algunos sin embargo dudaron. 

18 Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. 

19 Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, 

20 y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.» (Mt. 28, 16-20)

 

Jesús, una vez resucitado y después de aparecérseles en muchas ocasiones para fortalecer su fe en Él, les manda en Galilea “subir a un monte”... El monte es lugar elegido por Dios para revelar a los hombres algo de su designio de amor... ¿No fue en la montaña del Sinaí donde Moisés recibió la plenitud de la Ley?... ¿Yno fue, por fin, en el monte Calvario, donde el amor de Dios se derramó ya de una vez por todas? Ahora, Jesús les manda subir a un monte de Galilea para entregarles “la prenda” de su unión con Él: el Bautismo,rito sacramental que da a los creyentes la posesión de dones altísimos: el ser hijos de Dios y herederos de su Gloria, junto con Jesús, nuestro Hermano mayor; nos confiere la gracia: el hábito sobrenatural para estar en amistad con Dios… Y con todo esto, nos perdona los pecados y “nos hace santos e irreprochables en su presencia”...

“Haced discípulos de todos los pueblos bautizándolos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado”... Con el bautismo los discípulos han de llevar la instrucción y las Palabras de Jesús a todas las gentes. El evangelizar no es un propósito humano, sino un mandato divino, ineludible para todo cristiano. Es imposible conocer a Cristo y convertirse a Él y no desear con toda el alma que todo hombre lo conozca, lo ame y lo siga…

La fe en Jesús entra por el oído y todos han de escuchar la Buena Nueva del Evangelio. Porque la conversión por nuestra palabra es imposible si el Espíritu Santo no abre primero el oído y después el corazón... Pero el entrar en amistad con Dios es, sobre todo, obra de la Trinidad Santísima: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que es el Amor entre ambos...

Dios Trinidad vela para “que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad”. La Verdad es Cristo: “Yo soy el Camino y la Verdad y la Vida” y Él nos ha traído la revelación plena de que Dios es Tres Personas y un sólo Dios verdadero. Esto estaba muy lejos de nuestros conocimientos y deseos, pero Dios, en Jesús, nos ha hablado del Padre: “el Padre y Yo somos una misma cosa”. Y nos ha dicho que “Dios es Amor”: “el Espíritu de la Verdad os guiará hasta la verdad plena”... “Porque hablará de lo que oye y os irá revelando lo que está por venir”... Aunque es al Espíritu Santo al que se le apropia la santificación de los fieles; a Jesús, el Verbo, la Redención; y al Padre, la Creación de todos los seres, al ser Dios Uno, es la Trinidad en su Ser divino la que santifica, redime del pecado y ha hecho salir de la nada todas las cosas...

¡Hoy celebramos este sublime Misterio que se nos ofrece a la adoración y a la acción de gracias, porque nuestro Dios, que es Amor, no ha dejado fuera de Sí nada que fuera bueno y adorable para el hombre...! Y esto, no porque nos deba nada o tenga que estarnos agradecido por nuestra existencia, ¡sino por sola su benevolente misericordia, que es un fuego devorador y no puede parar hasta arropar y bendecir a la obra que hizo con todo el amor de su Corazón!...

¡Dejémonos amar por este Dios, todo ternura y suavidad y no le opongamos ninguna resistencia!... ¡Amén,que así se haga!...