Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día. 

¿ENTERRASTE TU TALENTO?

Durante estos días, una buena amiga me está enseñando a grabar canciones. Ella es una persona con un don especial para la música, y me ha ido enseñando desde su experiencia cómo hace para grabar sus propias canciones: por un lado graba una guitarra, luego la voz, otras voces e instrumentos, y luego cómo trabajarlo todo en el ordenador… 

Al trabajar estos días con ella he aprendido muchas cosas que antes no conocía, pero hay algo que se me ha quedado muy marcado. 

Cuando estábamos comenzando a grabar una canción las dos juntas, al mínimo error, yo me detenía y volvíamos a empezar de nuevo, y así una vez, y otra, y otra… hasta que ella, en un momento dado, con toda suavidad, me insinuó que probara a continuar aunque me equivocara. Y a raíz de aquello todo comenzó a salir fluido… 

¡Cómo me impresionó! En seguida me di cuenta de que ella no se complicaba queriendo que estuviese perfecto al milímetro sino que lo importante es dar un paso más, que, si salía algún error, ya habría tiempo después para rectificarlo. 

Cuántas veces dejamos que la búsqueda de lo perfecto nos impida dar un paso más allá. Perdemos tanto tiempo en que este paso sea perfecto que esto mismo puede terminar cansándonos y haciendo que lo dejemos a medias. Y es que el perfeccionismo termina con la ilusión. 

Al observarla a ella veía que, para que los dones que hemos recibido del Señor se vayan desarrollando, es necesario que comencemos desde lo sencillo, paso a paso, sin querer llegar a la meta nada más dar el primer paso, sino disfrutando de cada instante como un regalo. Y, cuando el objetivo es disfrutar con ello… ¡todo cambia de sentido! 

Hoy el reto del amor es dar el primer paso, y después el segundo, y el tercero… El Señor ha puesto dones en tu vida. Son como pequeñas semillas que tienen que ir creciendo, pero si Él las ha puesto en ti, da por sentado que le gustaría hacerlas crecer… ¿Le das la oportunidad?

VIVE DE CRISTO

¡Feliz día!