Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
ENTRE EL COBRE Y EL LATÓN TAMBIÉN ESTÁ EL SEÑOR
Ayer, en el refectorio, nos tocó hacer la limpieza de antigüedades. Hay una sala con las paredes decoradas con antiguos utensilios de cocina de cobre y de latón, que de vez en cuando hay que limpiar a fondo para devolverles el brillo.
Estas cosas siempre me da mucha pereza hacerlas, y por ello lo hemos ido retrasando... pero ya no queríamos dejarlo más tiempo, así que nos pusimos manos a la obra.
Mientras veía a sor Puri con todo entusiasmo cómo nos explicaba el proceso para hacerlo bien, me daba cuenta de que la vida esta llena de cosas sencillas, algunas incluso hasta nos pueden dar pereza, pues aparentemente al hacerlas “no dan vida”... Sin embargo, aquello me llevó a redescubrir que no podemos esperar a hacer a todas horas cosas que nos “dan vida”, sino más bien al revés, somos nosotros los que tenemos que llenar de vida cada instante del día.
Si me quedo esperando a hacer cosas importantes que me llenan mucho, puedo esperar sentada. Y es que, cuando me sucede esto, en realidad me doy cuenta de que me estoy guardando la vida. Sin embargo, cuando ponemos todo nuestro ser en cada cosa, por pequeña que sea, estas se llenan de vida, y somos más felices, y mejor aún: hacemos más felices a los demás.
La vida está llena de cosas sencillas, que aparentemente “no dan vida”; sin embargo, son oportunidades que nos da el Señor para generar vida a nuestro alrededor.
¿Y qué vida podemos dar nosotros? La que antes hemos recibido de Él. La vida que recibimos al acoger su Amor, al descansar nuestras cosas en Él, al saber que Cristo se ocupa de lo nuestro y nos libera de tener que estar ocupados en ello para poder vivir el día sabiéndonos amados y con la certeza de que Él está en todo lo que hacemos. Solo su Amor es el que genera vida en nosotros y nos impulsa a compartirla con los demás.
Hoy el reto del amor es hacer lo sencillo de este día pero desde la Alegría. Hoy disfruta de este día completo con los tuyos, haciendo las cosas pequeñas llenas de alegría y amor. Porque viviendo cada cosa con Cristo, todo cobra sentido.
VIVE DE CRISTO
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¡Feliz día!