Hola, buenos días, hoy Leti nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
EL PROTECTOR
Estaba trabajando cuando, de repente, un ruido fuerte… algo se había caído al suelo. Miré y vi que había sido el móvil. Por el ruido que hizo pensé que se había roto.
Con cuidado lo cogí y me di cuenta de que seguía funcionando. El golpe lo frenó el cristal protector. Este se rompió por varios sitios y pensé: “Gracias al cristal protector…”. Y eso que yo no era de ponerlo, pero me insistieron y accedí a ello. Ahora me he dado cuenta de lo importante que es.
Por ahora no lo he cambiado, porque me ayuda, me recuerda la importancia de proteger nuestra vida de fe. No tenemos que dar por hecho que creemos en el Señor, que le amamos. Tenemos que hacer que nuestra vida testimonie nuestra fe en el Señor.
El Señor siempre está con nosotros, no se aparta de nuestro lado. Somos nosotros los que le tenemos que acoger y vivir de Él. Jesús les dice a sus discípulos en varias ocasiones que se guarden de determinadas cosas. Por ejemplo, les advierte: “Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos” (Mt 6,1).
Les avisa que cuiden su corazón, que no vivan de la apariencia. Porque cuando algo lo quieres, lo proteges para que no se rompa, para no perderlo. También san Pablo nos dice que el tesoro de la fe lo llevamos en vasijas de barro. Nos llama a ser cuidadosos.
En el monasterio, las hermanas mayores nos dicen mucho: “Pide al Señor la perseverancia hasta el último día”.
El Señor siempre está dispuesto a darte Su amor, solo necesita tu corazón que lo acoja.
Hoy el reto del amor es mirar cómo está tu protector de la fe. Siéntate cinco minutos en una iglesia y dile: “Señor, creo, pero aumenta mi fe”. Déja que Su paz inunde tu corazón.
VIVE DE CRISTO
https://www.instagram.com/p/DN7X3Z7CJ_w/?igsh=ZXljdnRoazUweG53¡Feliz día!