Hola, buenos días, hoy Leti nos lleva al Señor. Que pases un feliz día. 

ESTAMOS DE FIESTA                                                                  

Hoy celebramos la Solemnidad, o sea, fiesta grande, de la Asunción de la Virgen a los cielos. Para mí, este día siempre lo tengo asociado a fiesta. Por un lado, porque muchos pueblos lo celebran como patrona y porque es la fiesta que marca el mes de agosto, donde comemos en la huerta con una buena sobremesa…

¿Qué tendrá María, que hace que todo sea tan especial? En el Evangelio la encontramos en una boda, en plena fiesta, y Ella, que no deja escapar un detalle para que todo salga bien, se da cuenta de que se ha acabado el vino. Pero no intenta solucionarlo por sí misma, sino que habla con su Hijo y pide a los criados que hagan lo que Jesús diga. Impresiona ver cómo actúa: siempre discreta, sin hacer ruido, pero muy eficaz. Gracias a que observaba, podía ver las necesidades.

María nos muestra siempre el camino para estar contentos, porque ella ha descubierto en su Hijo Jesús todo lo que necesitaba para vivir feliz y entregada a todos. Por eso, esta fiesta, a mitad de agosto, nos recuerda que no perdamos de vista a Jesús en estos días. Es fácil despistarnos, pero el cristianismo es un estilo de vida, y estando de vacaciones tenemos que seguir siendo cristianos. María, estando en la boda y celebrando, pudo ver que faltaba el vino. Un corazón que ama siempre ve lo que se necesita, porque no vive para sí mismo, sino para los demás.

Hoy, el reto del amor es ir a la Eucaristía y celebrar esta fiesta, poner a Jesús en el centro de tu vida y pedirle a María ojos nuevos para ver las necesidades a tu alrededor… y así acudir a Jesús.

VIVE DE CRISTO

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¡Feliz día!