Hola, buenos días, hoy Leti nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
PENTECOSTÉS
Estaba limpiando en el claustro y, en esta época, hay una pelusa blanca que es difícil de limpiar. Si me acerco, sale volando a otro sitio. Intento aplastarla y se expande… Total, después de limpiar, sigue prácticamente igual: las pelusas seguían corriendo. Al cabo de un rato me senté y le decía al Señor: “Qué difícil es atrapar estas pelusas…”
Hoy, en la Iglesia, celebramos Pentecostés: la venida del Espíritu Santo. Una de las maneras que la Iglesia lo define es como “un viento suave”, que no sabes de dónde viene ni a dónde va. Su misión es recordarnos y enseñarnos todo lo que Jesús hizo y dijo, para que seamos sus discípulos hasta los confines del mundo.
A veces nos cuesta reconocer que el Señor está vivo en nuestra vida, y es el Espíritu Santo quien te indica dónde está y cómo actúa. Porque sin Su Espíritu no podemos hacer nada. Jesús nos lo dijo: “Yo me voy, pero os enviaré al Espíritu Santo, que os lo enseñará todo.”
Este año, al diseñar los dones del Espíritu Santo, he puesto en cada uno una frase, intentando destacar algo específico:
• El don de Sabiduría: ver con los ojos de Dios. Vivir con su mirada.
• El don de Entendimiento: comprender lo que el corazón ya intuía.
• El don de Consejo: no caminar solo; el Espíritu te susurra por dónde ir.
• El don de Ciencia: conocer la creación y descubrir al Creador.
• El don de Piedad: el Amor del Señor no se razona, se abraza.
• El don de Fortaleza: cuando no puedes más… el Espíritu puede por ti.
• El don de Temor de Dios: no es miedo, es el Amor que te hace caer de rodillas.
Hoy, el reto del amor es tomarse un pequeño tiempo, agradecerle Su venida, y escuchar al Espíritu Santo para vivir hoy desde Su Amor.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!