Hoy el reto del amor es que no luches por mostrar tu suelo impecable

Escrito el 03/09/2021
Vive de Cristo


Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día. 

TUS BALDOSAS ESTÁN BIEN 

El viernes me quedé mirando al suelo de baldosas. Han perdido su color con el paso de los años y pensé que podría dedicarme a recuperar su color original.

Creí que lo mejor era esparcir unos polvos que, aunque son antiguos… lo limpian todo. Así lo hice, buena cantidad para que actuasen bien y eché agua para que fuese mayor su efecto, dejé reposar y froté todo el suelo a la antigua usanza, a mano, con un estropajo, y luego la fregona para aclarar… ¡una mañana entera! Trabajo terminado, ¡qué contentas se iban a poner las monjas!

Llegó la hora de la comida, entramos todas y el suelo, que debía brillar y haber recuperado su color… era un suelo de obra: se había quedado cubierto por una capa blanca de la cantidad de polvos que eché, que aún sigo fregando tres días después.

Queremos dejar siempre nuestro “suelo brillante” para los demás: que brille, que no se vean las pisadas, el desgaste, las baldosas rotas… y así frotamos y frotamos, y al final parecemos un “suelo de obra” porque dejamos de ser nosotros mismos. 

Muchas veces imagino cómo trataría el Señor a sus discípulos para que actuasen siendo “ellos mismos”. Ni siquiera lo ocultan al escribir los Evangelios: uno le niega, otros quieren los mejores puestos, otros se quedan dormidos cuando tienen que orar… Para mostrar “sus baldosas” sin importar cómo estuviesen había algo más grande en sus corazones y es que se sentían profundamente amados en su debilidad.

El Amor de Cristo por ti es más grande que toda la debilidad que puedas sentir en este momento, aquello que no quieres de ti es amado. Fruto de esta experiencia de amor no temerás dejar que los demás puedan caminar por tu suelo a sus anchas, el “qué dirán” no será una preocupación y tus meteduras de pata… te harán sonreír.

Hoy el reto del amor es que no luches por mostrar tu suelo impecable. Cuando sientas cambiar tu forma de ser para agradar a los demás… para y recuerda “Cristo me ama”; descansa en Su Amor, siéntete libre y sigue caminando; ama esas baldosas que configuran tu historia, porque en ellas y con ellas eres amado.

VIVE DE CRISTO

¡Feliz día!